
En Italia parece ser que cada región tiene su “trallo”. Pues no es exactamente así pero casi.
Los taralli son unos deliciosos trocitos de pan con forma de donut que pueden ser dulces o salados y pueden encontrarse a lo largo de toda la península italiana. Como suele ocurrir, el origen de su nombre es incierto. La hipótesis más acreditada es que el nombre tarallo provenga del griego “doratos” que significa tipo de pan.
¿Pero porque los taralli son tan ricos? Simplemente porque son crujientes, ligeramente salados y porque “saben a” aceite. Es precisamente el aceite de oliva virgen extra que le da ese sabor característico que nos hace agua la boca. Italia con sus 538 cultivar es el país del aceite de oliva y entonces libremos la fantasía y probemos todas las variedades de aceite.
Yo he empezado con un aceite del Lacio, Elektia, una mezcla de “Frantoio”, “Moraiolo”, “Canino”, “Leccino” y “Pendolino” producido en la localidad La Carrozza por la familia Traldi.

Ingredientes:
- harina 00 g 250
- levadura de cerveza en polvo g 5
- vino blanco seco ml 20
- aceite de oliva virgen extra Elektia Traldi ml 75
- sal

Tamizar juntas la harina, la levadura y la sal. Añadir el vino, el aceite y agua hasta obtener una masa blanda. Amasar con energía la masa hasta que se transforme en una bola lisa y elástica. Espolvorear la bola con harina, cubrirla con un trapo húmedo y dejarla levitar en un lugar cálido durante aproximadamente dos horas. Transcurrido el tiempo del reposo volcar la masa de nuevo sobre la mesa enharinada, formar tiritas de masa dándole la forma característica del tarallo. Dejar levitar por una hora. Transcurrido este tiempo sumergirlos dos a la vez en agua hirviendo y cuando empiecen a flotar sacarlos del agua con una espumadera. Colocarlos sobre una bandeja y hornearlos a 180°C. Los taralli serán listos cuando tendrán un color dorado.
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