
(Mi receta para D laRepubblica)
Los “feos y ricos” o “feos pero ricos” (en italiano “brutti ma buoni”) nacieron en el lejano 1878 en Gavirate en la provincia italiana de Varese y fueron inventados por Costantino Veniani.
Hacen falta tan solo cuatro ingredientes para prepararlos: avellanas, azúcar, clara de huevo y vainilla. Las avellanas rigurosamente de Piemonte, dulces y mantecosas, ricas en sabor y tostadas para que adquieran un sabor aún más aromático; La vainilla de Tahiti con su gusto inconfundible, con notas de cereza y anís.
Los “feos pero ricos” son galletas únicas, famosas en todo el mundo. El papel en el que se siguen envolviendo, con su característica marca de fábrica, fue elegido por el mismo Costantino por consejo del conde Teofilo Rossi, fundador de la Martini e Rossi.
Leyendas dicen que eran las galletas favoritas del poeta italiano Giosue Carducci que por la tarde, después de haber dado un paseo por el parque de Villa de Ambrosis, se dirigía hacia la antigua posta que ahora se ha transformado en la pastelería Veniani, se sentaba en un sillón rojo junto al fuego, y pedía: pluma y tinta, “feos y ricos” y Malvasía. En su opinión ese era el momento en el que se reconciliaba con el mundo y nacía en él la inspiración poética.
Ingredientes:
avellanas de Piemonte g 195
azúcar granulado g 195
clara de huevo g 90
1 vaina de vainilla

Triturar y tostar durante unos minutos las avellanas. Cuando estén frías añadirlas al azúcar y mezclar. Montar la clara de huevo a punto de nieve con una batidora eléctrica. Añadir la mezcla de azúcar y avellanas y mezclar. Agregar la vainilla. Calentar a fuego lento la mezcla removiendo constantemente, teniendo cuidado de que no se queme. Dejar de cocer cuando poniendo la masa entre dos dedos, al separarlos se formará un hilo. Forrar una bandeja de horno con papel de horno y ayudándote con una manga pastelera o con dos cucharas mojadas formar unas bolitas de igual tamaño. Hornear a 140-150° con válvula abierta. Sacarlos del horno y dejar que se enfríen en la bandeja.
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